Al igual que en publicaciones anteriores os hablaba de El Little Black Dress (LBD), un imprescindible en nuestro armario y
de Un bolso mítico: el 2.55 de Chanel,
hoy voy a dedicarle el post a otro de las grandes aportaciones de Mademoiselle
Chanel al mundo de la moda: le soulier bicolore.
En 1957 Coco Chanel, eterno icono de moda diseñó su famoso zapato bicolor de talón descubierto (Chanel's
two-tone mid heeled slingback shoes), un escarpín bicolor en beige y
negro con el tacón cuadrado de 5 centímetros, cuyo diseño creaba un
bonito efecto óptico: el beige alargaba la pierna y la puntera negra
hacía que el pie pareciese más pequeño. Se dice que la propia Chanel
tenía complejo de grandes pies, y por eso diseñó este zapato.
Otro de sus objetivos era la libertad de
movimientos de la mujer, por lo que añadió
una tira por detrás del talón (que más tarde se volvería elástica, y mucho más
cómoda, con la ayuda del zapatero Massaro), y que le daba ese plus
de comodidad que siempre caracterizó sus diseños.
Como muchas de sus creaciones, Coco se inspiró en la moda masculina de la época (años 50),
en la que se practicaban deportes de hierba, como el tenis y el golf, así que
la punta negra del zapato disimulaba las inevitables manchas.
Un calzado totalmente revolucionario (ya que hasta
ese momento, los zapatos solían ser de un solo color, e iban a juego con el
color del vestido), y muy versátil,
válido para cualquier ocasión, creados con la idea de que combinaran con todo,
tal como manifestaba la propia Coco: “Por la mañana salgo con unos beige y
negros. Almuerzo con unos beige y negros. Asisto a un cóctel con unos beige y
negros. Con ellos estoy vestida de la mañana a la noche”.
Hoy, casi seis décadas después, sigue siendo objeto de deseo por
mujeres de todas las edades, y uno de los modelos más vendidos cada temporada
en la firma francesa, permaneciendo como un icono en el mundo de
la moda. Gabrielle Chanel desarrolló un calzado que pudiera usarse
a todas horas y con todos los colores posibles.
Con el paso de los años y con los
continuos cambios de tendencias de cada temporada, este clásico se ha ido
revisando, tanto en el ancho de su tacón, como en el redondeo de su puntera,
pudiendo encontrarnos infinidad de nuevas versiones: Pumps (o estiletos), Mary
Jane, Oxfords, espadrilles, flats… La idea es que cada mujer tenga su zapato
bicolor adecuado a su estilo y edad.
En la actualidad, los artesanos de Chanel lo siguen elaborando a mano en Róvena (Italia),
en la fábrica donde la marca
centraliza la manufactura de su calzado.
Gracias a su sucesor, Karl Lagerferld, es un calzado que
ahora mismo vuelve a estar de rabiosa actualidad, ya que durante el desfile prêt-à-porter otoño-invierno
2015-2016 de Chanel, todas
las modelos iban calzadas con este modelo de zapato.
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