jueves, 8 de mayo de 2014

Historia y evolución del traje de baño: del bañador al bikini

Los orígenes

 
Las prendas de baño femeninas existen desde el antiguo Egipto. La primera referencia que se conoce fue un pedazo de tela velada, como un taparrabos, que usó una cortesana, llamada Tais, para disfrutar de un baño junto al mismísimo Alejandro Magno y todo su ejercito. Los hombres sí iban desnudos, pero ella lució por primera ver lo que podríamos denominar el primer bañador de la historia.
 
 
 
 
También sabemos que griegos y romanos eran muy aficionados a los baños y las termas. No sé sabe muy bien si crearon un determinado atuendo para bañarse, pero en diferentes mosaicos de la época se ha podido comprobar que las familias ricas eran retratadas con traje de dos piezas, compuesto por calzón y una banda que cubría el pecho, denominado strophium.
 
 

Evolución de la sociedad

 
A finales del siglo XVIII, nace la costumbre de bañarse, gracias al rey Jorge III (1738-1820) quien más lo favoreció al frecuentar la playa de Weymouth en Inglaterra, por recomendación de su médico para aliviar algunas dolencias.
 
En 1822 se produjo el primer baño de una mujer notoria, el de la duquesa de Berry, nuera de Carlos X, que se sumerge totalmente vestida en la playa de Dieppe (Francia).
 
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX aparecen los primeros trajes de baño, que en realidad son prendas de vestir destinadas para hacer deporte y nadar. Como la actividad física va ganando más adeptos, los diseños se simplifican.
 
Hombres y mujeres se bañan por separado, usando cabinas portátiles para cambiarse de ropa. A menudo, las mujeres debían internarse en el agua con cabina y todo, muchas veces arrastradas por caballos, para poder refrescarse.
 
 
 
 
Se siguen usando los cubículos, pero ya no para ocultarse, sino como una forma de hacer vida social. El primer bañador aparece en 1890, y está constituido por camisa, pantalón y calcetines para el hombre y la mujer.
 
Tienen que transcurrir 25 años para que desaparezcan los calcetines de la vestimenta de playa, aunque las mujeres de la época victoriana deben bañarse bien tapadas, usando camisones, camisas largas, faldas, pantalones largos y hasta ¡guantes!. Sin embargo los hombres pueden lucir pantalones cortos (típico).

Los trajes de baño, hechos hasta entonces de lana, lo que ocasionaba bastantes problemas tanto por el peso que adquiría la prenda cuando se mojaba, como por el calor que daba. Van mutando también por telas más livianas.


El traje de baño en el siglo XX

 
A comienzos del siglo XX se eliminan los detalles superfluos en los trajes de baño, y éstos dejan de parecerse a la ropa de diario, y en la década de 1920 ya hay una industria emergente de producción de telas para los trajes de baño.
 
En los años 20 del siglo pasado los trajes de baño son vestidos con faldas. Las chicas más jóvenes tratan de acortar las faldas cada vez más y de deshacerse de la necesidad de nadar con medias, pero eso no está permitido. Incluso en algunos lugares hay inspectores que miden el largo de la falda, y están facultados para pasar multas si la prenda muestra mucha más pierna de la permitida. 



 
En 1930 hizo su aparición el primer bañador femenino tal cuál lo conocemos hoy en día. Estaba confeccionado con lana y no resaltaba el cuerpo de la mujer en absoluto. Realmente, aunque se llamase bañador podría decirse que era una camiseta de pico sin mangas unida a un pantalón muy corto, como un mono. Gracias a esta prenda, se pudieron empezar a introducir prendas más atrevidas y comenzó el gusto de la mujer por verse bronceada.
 
 
 
 
 
En 1932 el modisto Jacques Heim revolucionó al mundo con su 'Atom', un traje de baño que se caracterizaba por la escasez de su tela. Estaba compuesto por dos piezas, la superior, que cubría el pecho y dejaba la espalda al aire; y la inferior, que cubría la entrepierna, dejando al descubierto tanto el ombligo, como las caderas. Estaba realizado con algodón de vestidos de noche. Su utilización fue prohibida en muchas partes del mundo, por el sector más conservador, ya que su utilización se tachaba de pecaminosa. Este modelo sería el precursor del bikini. 
 
 
 
 
Sin embargo, la primera referencia como nombre del Bikini, se debe a un ingeniero mecánico y estilista francés, Louis Réard, que siguió esta línea atrevida y dejó todo recato de lado, decantándose por reducir aún más las dimensiones del traje de baño. Poco después, el 3 de julio de 1946, presenta por primera vez en su colección de trajes de baño, uno de dos piezas, al que llamó Bikini en honor a Bikini Atoll, un atolón de Marshall Islands en el pacífico central, donde durante 12 años (1946-1958) los estadounidenses realizaron ensayos con bombas atómicas en la misma época en la que se presentó esta prenda de vestir.
Al creador del polémico traje, le costó muchísimo encontrar una modelo que quisiera posar para las imágenes promocionales. Después de mucho esfuerzo, una bailarina de striptease del Casino de París, Micheline Bernardini, accedió a lucir tal indecente prenda. Fue ella quien sugirió a su creador este nombre, alegando que iba a ser "más explosivo que la bomba de Bikini". La presentación de la prenda  fue todo un bombazo que enloqueció a la parte más recatada y moralista de la sociedad de la época. 




Según la revista Vogue España, el modisto creó este traje de baño con las líneas que se conocen ahora, aunque dejando poco a la vista, especialmente en la prenda inferior. De esa manera, un short o faldita tapaban lo que no se podía mostrar en la década de los 40.

Década de los 40. El bikini apenas comenzaba a ser utilizado por las mujeres. El short llegaba hasta la cintura, cubriendo el ombligo y acentuando las curvas femeninas. El top cubría casi todo el pecho.



Década de los 50. Los shorts a la cintura aún se utilizaban. Sin embargo, unos cuantos años después se comenzaron a usar los shorts a la cadera, tal como se usan actualmente, y los tops se volvieron un poco más escotados.
 
El bikini comenzó a ser tolerado y puesto de moda gracias a las divas del cine de finales de los años 50 y comienzos de los 60, quienes se atrevieron a usar esta prenda en algunos filmes.

Con Brigitte Bardot y sus descansos en Saint Tropez y Cannes luciendo un bikini, se desencadena la promoción de tal prenda. Su papel en “Y Dios creó a la mujer” en 1957, animó a decenas de mujeres a usarla esta prenda tan atrevida.




Seis años después, en 1963, Ursula Andress lució su famoso bikini con cinturón mientras interpretaba a la "chica Bond" en "007 contra el Doctor No". 



 
Raquel Welch por su parte aparecía con un sugestivo bikini en "Hace un millón de años", cuando interpretaba a una feroz cavernícola, en 1966.

Mientras en América esta diminuta prenda, causaba furor, caso contrario se presentaba en España,Grecia y Portugal, donde debido al ambiente político y religioso, las mujeres eran más recatadas, y los bañadores de una pieza de piqué o punto, con falditas y escote alto seguían siendo los reyes de las playas.

Posteriormente con la libertad de expresión, el fin de la dictadura franquista y el 'landismo' que invadía los años 70 celebraron ya con ahínco el auge de esta prenda en nuestras playas. Actores como Mariano Ozores y Alfredo Landa empezaron a mostrarlos continuamente en sus películas reducidos a la mínima expresión, de la mano de suecas o alemanas que con encomiable desparpajo los lucían en ellas. Trajeron y extendieron también así otras modas derivados de ellos como el top less o el tanga.

El aire de libertad que se respira en los ochenta, el interés por la moda y por un cuerpo escultural, continúan con el triunfo de las tangas y el cine encumbra a Bo Derek como la mujer perfecta en traje de baño.

En los años noventa, los bikinis continuan con su ascenso pero mostrando ahora formas rectas y colores lisos.





Traje de baño en la actualidad


La moda bañista no ha dejado de evolucionar tanto en sus diseños como en los estampados. El último grito son los bikinis que dejan pasar el sol, que prometen  el fin del eterno blanco o el bañador tecnolígico, con estabilizador interno y costuras unidas por ultrasonidos, que se adapta como si fuese la propia piel.

 

Así, con el paso del tiempo, las marcas se fueron especializando y los bikinis ahora son una prenda infaltable en el guardarropa de cualquier mujer en cualquier parte del mundo.


1 comentario:

  1. Me ha encantado esta vista al pasado y ver como hemos ido evolucionando conforme ha ido pasando el tiempo, no te han podido quedar mejor!

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