viernes, 24 de julio de 2015

Cómo elegir el outfit adecuado para viajar en avión, cómoda y con estilo

Se acercan las vacaciones o ese fin de semana libre en el que tenemos previsto un viaje en avión, y nos concentramos en organizar la maleta y pensar en todo aquello que necesitaremos para nuestra escapada, pero igual de importante es decidir qué llevaremos puesto en el desplazamiento hasta allí. 

En este caso si viajamos en avión pasaremos unas cuantas horas desde que salgamos de casa hasta llegar a nuestro destino, esperando en el aeropuerto hasta que salga el vuelo, haciendo a veces conexiones en otras ciudades, y el mismo tiempo que pasaremos sentadas en el avión. Por todo ello, debemos prestar atención a la ropa que nos pongamos, ya que influirá mucho en la comodidad y satisfacción de nuestro viaje. 

Hoy en día, teniendo en cuenta que la mayoría viajamos en compañías low-cost en las que las facilidades y condiciones son cada vez más restrictivas (desde el espacio físico en cabina hasta la cantidad de bultos y kilos permitidos en el equipaje), la clave está en elegir la ropa adecuada, pudiendo ir cómoda sin dejar de lado el estilo. 


Lo ideal es optar por prendas que nos permitan movernos con soltura, en tejidos que no se arruguen demasiado, y que sean fáciles de quitar y de poner para atravesar los controles de seguridad que dan acceso a la zona de embarque, en los que escucharemos los típicos: “Quítese los zapatos, el abrigo y el cinturón”, “Vacíe sus bolsillos”, “Quítese la bufanda/pashmina”, etc… 

Atrás quedaron los tiempos en los que viajar en avión significaba vestirse sofisticadamente, con vestidos o conjuntos de chaqueta-falda, tacón de aguja e incluso algunas veces con sombrero, como hacían en las décadas de los 50 y 60.




 
Veamos entonces cómo componer el outfit más adecuado para nuestro viaje en avión:
 


Binomio camiseta-chaqueta 


Sin importar el clima del lugar de destino al que viajes, y teniendo en cuenta los cambios de temperatura que tendremos que soportar tanto en el aeropuerto como en la cabina del avión durante el vuelo, lo ideal sería optar por una prenda que no sea muy descubierta, para evitar el frío del aire acondicionado, como por ejemplo una camiseta básica de algodón o una camisa holgada, de manga corta o de manga larga a vuestro gusto, y en función de la época del año y de la temperatura.

Además siempre será buena idea llevar una chaqueta de punto o un blazer para ponernos por encima cuándo la temperatura de la cabina descienda durante el vuelo. Además esta prenda será fácil de guardar en la maleta al aterrizar si no queremos seguir cargando con ella o ya no la necesitamos más.

Estos dos básicos son muy versátiles y fáciles de combinar, creando un look semiformal. 


Debemos tener en cuenta el hecho de que aunque vayamos a un destino cálido no significa que lleguemos directamente a la playa desde que salimos de casa, por lo tanto, usando capas evitaremos morirnos de frío durante el viaje. Por descontado, si viajamos a un lugar frío, un trench, una cazadora o un abrigo serán nuestra mejor compañía, tanto dentro como fuera del avión. 


Pantalón mejor que falda 


Por comodidad, por libertad de movimiento, para evitar pasar frío… por todos estos motivos, el pantalón se convierte en la prenda ideal para nuestro viaje, y lo más práctico es optar por pantalones holgados o pantalones tipo pijama, en tejidos frescos como el algodón, y si optamos por unos jeans mejor si son stretch ya que siendo menos rígidos y al no apretar demasiado, facilitarán la circulación de las piernas. 

Si optamos por falda o vestido lo ideal es que no sea ni muy ajustado, ni muy corto, para evitar que las piernas estén en contacto con el asiento del avión donde han estado sentadas cientos de personas (esto último lo digo por higiene más que nada, porque a veces entre vuelo y vuelo no existe una limpieza a fondo de la cabina, y puede que nos encontremos con un asiento algo ‘descuidado’).

También podemos olvidarnos de las medias o panties, los vestidos strapless o con tirantes tipo espagueti. Seguramente pasaríamos frío, además de ser incómodos para movernos por los estrechos pasillos de la cabina del avión. 

Igual de importante que nuestra apariencia exterior, será la elección de la ropa interior adecuada. Es muy importante que no nos roce, rasque, o clave de forma indiscriminada o pasaremos todo el vuelo maldiciendo por habérnosla puesto.


Complementos, menos es más


Como ya os comentaba anteriormente, debemos de tener en cuenta que nos harán desprendernos de ciertos elementos en el control de seguridad (cinturón, reloj, pulseras, sortijas, collares, horquillas, etc…), por lo cual, y con el fin de agilizar este proceso, es conveniente no sobrecargarnos de complementos. Mejor optar por llevar algo sencillo pero bonito.

 
Un chal, una bufanda fina, un foulard o una pashmina son el complemento ideal para protegerse del frío dentro del avión, y evitar así que los cambios de temperatura nos afecten tanto.

Además incluso podemos usarlos de almohada en esas horas de vuelo, siendo también ligeros y fáciles de guardar en el bolso o en la maleta si nos sobran una vez que bajemos del avión.
 


Bolso de mano 


La mejor opción es un bolso de tamaño intermedio, que sea manejable, y con suficientes bolsillos y compartimentos para nos quepa todo lo necesario (documentación, cartera, móvil, llaves, neceser de mano, gafas de sol, etc…), teniendo en cuenta que muchas compañías nos limitarán el número de bultos que podemos llevar como equipaje de mano.

Además del tamaño, también debemos considerar el cierre, por lo cual deberemos elegir un bolso con un buen cierre exterior (mejor si es cremallera) para evitar perder nuestras pertenencias.

Mejor si es de un material resistente pero flexible (personalmente optaría por un bolso de piel o de loneta) y de un color oscuro




Calzado cómodo 


Escoge unos zapatos que sean cómodos, y sobre todo fáciles de quitar y de poner para pasar los controles de seguridad.

La mejor opción para destinos cálidos serían las bailarinas o el zapato plano cerrado que más nos guste, pero evitando sobre todo las sandalias y las típicas flip-flop que serán incómodas para caminar (o correr) hacia el avión, permanecer parada esperando que nos revisten la maleta, y sobre todo con la idea de cubrir nuestros pies durante el viaje y no pasar frío.

Para destinos más fríos los botines, las botas o las zapatillas deportivas (tipo vans o sneakers) serán la mejor elección, acordándonos siempre de llevar unos calcetines en buen estado y acordes al resto del outfit (probablemente tengamos que caminar descalzas unos cuantos metros en el arco de seguridad ya que no en todos los puestos de control disponen de calzas plásticas). 

 

Totalmente descartados están los zapatos de tacón alto tipo stiletto ya que si se da el caso de que llegamos con poco tiempo al aeropuerto, las prisas y los cm de más que llevemos en los pies, no nos ayudarán a llegar just in time a la puerta de embarque.

Si aún así eres de las que no renuncia al tacón, la mejor opción son los zapatos de tacón bajo y cuadrado, o zapatos con algo de cuña.
 


Evitar colores claros 


Nunca sabemos lo qué puede pasar durante un viaje, desde un vuelo retrasado hasta una terrible turbulencia mientras tomamos un café. Ahórrate la pena de pasar horas con la blusa o pantalón hechos un desastre. Mejor escoger colores oscuros para evitar manchas y roces, sobre todo si vamos a embarcarnos en un viaje largo y con escalas. 

Siguiendo estos sencillos consejos podremos lucir un outfit donde prime la comodidad sin renunciar al estilo en nuestro viaje en avión!

miércoles, 15 de julio de 2015

Libro: '100 ideas que cambiaron la moda'

Destaca y explica los cambios revolucionarios que se han producido en el mundo de la moda femenina desde 1900 hasta 2010. 
 
Las ideas están presentadas en orden cronológico y situadas en la línea temporal de la moda para subrayar los puntos de inflexión. 

Cada idea que se recoge supone algo que en su momento hizo desviar el curso de la moda y sin la cual la moda femenina no sería lo que es hoy en día. 

Este libro se propone animar al lector a fijarse en las prendas cotidianas con una mirada más informada: saber que el primer biquini se consideraba tan escandaloso que sólo una stripper se atrevió a ponérselo para promocionarlo; que las camisetas inicialmente eran prendas interiores masculinas y que los ribetes de los vaqueros se desarrollaron para fortalecer los pantalones de trabajo durante la fiebre del oro. 


Las ideas que se analizan surgen como respuesta a diferentes circunstancias: desde los inventos más revolucionarios como la minifalda y la reacción de la moda a los acontecimientos políticos de alcance mundial, pasando por las consecuencias de la emancipación de la mujer en la forma de vestir, hasta el advenimiento de la producción en serie, el aumento de la movilidad social e internet, que convierten la moda en un fenómeno global. Una perspectiva única de la historia de la moda del siglo XX y de principios del XXI.

Datos del libro

  • Nº de páginas: 216 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: BLUME
  • Lengua: castellano
  • ISBN: 9788498015409

martes, 7 de julio de 2015

El Little White Dress (LWD), el nuevo must have del fondo de armario

Siempre hemos oído hablar del Little Black Dress (LBD), como una de las prendas básicas que forman parte del fondo de armario femenino (como ya os he contado en publicaciones anteriores del blog: El Little Black Dress (LBD), un imprescindible en nuestro armarioLos imprescindibles en todo armario de mujer), pero en la temporada de verano, cuando las temperaturas son más elevadas, podemos optar por su homólogo en claro, el Little White Dress (LWD).
  
Si tradicionalmente el negro es el color más sobrio, el blanco es ligero y fresco, perfecto para el verano y una opción igualmente adecuada, más de día que de noche, y válido en casi cualquier ocasión (de hecho ambos son colores básicos y primarios que no deben faltar nunca en nuestro armario).
 

Consejos para elegir nuestro Little White Dress


1) Ropa interior adecuada


Es muy importante tener en cuenta que los vestidos blancos (o cualquier tipo de ropa blanca, para el caso) pueden mostrar todo lo que se lleva debajo, y arruinar por completo el más cuidado de los estilismos. Por eso, la mejor opción es optar por ropa interior del color lo más parecido al tono de piel (un tono champagne por ejemplo) en lugar de blanca (o cualquier color oscuro) para que de este modo sea indetectable.
 

2) Largo del vestido


Si bien la definición de little dress presupone una medida por encima de la rodilla, fuera de protocolo todo vale dentro de los límites del buen gusto y el estilo personal.
 

3) Diseños sencillos


El vestido blanco no necesita mucho para conseguir un look adecuado, especialmente si se agrega un poco de color. Los modelos sencillos son en definitiva los que mejor lucen. Menos es más cuando el blanco es el telón de fondo.

 

 

4) Pop de color


La mejor manera de darle un toque a nuestro LWD es mediante la adición de un simple toque de color, y en este caso, cualquier color combina y destaca sobre el blanco. Podemos añadir una chaqueta de punto, un bolero o un blazer, en alguno de los colores que más nos favorezcan (si queréis saber más, podéis consultar el post ¿Cuál es tu armonía de color?). De todas formas, debemos utilizar el color con moderación si no queremos restar protagonismo al vestido.


 

5) Complementos


Un LWD permite una cantidad ilimitada de posibilidades a la hora de elegir los accesorios. Podemos tratar de acentuar nuestro vestido blanco con zapatos y accesorios en tonos nude o metálicos como el dorado y el plateado. Si agregamos un elemento metálico añadiremos una sofisticación sutil a nuestro vestido blanco. Podemos optar por sandalias con algo de tacón, unos bonitos pendientes de oro o con perlas para un look sencillo y elegante. Y como os decía antes, cualquier color está permitido!


Para que os hagáis una idea, aquí tenéis unos ejemplos de un mismo vestido con diferentes complementos según la hora del día en el que lucirlo:



 

En definitiva, el LWD es perfecto para el verano, tanto para eventos informales como para eventos que requieren un poco más de etiqueta. Eligiendo los accesorios adecuados conseguiremos un estilismo fabuloso con el que además hacer frente al calor del verano.

sábado, 4 de julio de 2015

Complementos playeros para darle un toque cool a nuestro outfit

Ahora que estamos en plena temporada veraniega, os traigo una pequeña relación de complementos para darle un toque cool a nuestro estilismo para ir a la playa o a la piscina, donde además la comodidad es lo que prima. 





Sombreros

 
Los sombreros, además de protegernos del sol, son el complemento ideal que aporta una dosis extra de sofisticación en nuestros looks de verano. Lo ideal es elegir un sombrero de paja, de rafia, o tipo Panamá.

Las claves para lucir un sombrero en la playa son las siguientes: evitar los colores demasiado llamativos y los colores oscuros, sobre todo para evitar atraer los rayos solares y pasar calor, así como elegir materiales frescos y ligeros como la paja o la rafia para lidiar con las altas temperaturas.
Más allá de uso para la playa, los sombreros son un accesorio muy favorecedor si se sabe cómo llevar. Las pamelas se utilizan solamente en la playa o en la piscina, mientras que el uso del borsalino se puede extender a nuestro street style, teniendo siempre en cuenta que el sombrero es para el día, una vez que el sol se pone está fuera de lugar, por lo tanto, nunca para la noche.

Caftanes

 
El caftán, en su versión más moderna y occidental, es una prenda práctica, muy fresca y cómoda, que se puede combinar de mil maneras, y que se ha convertido en el vestido todoterreno para el verano. 

Lisos, de rayas, de flores… cualquier opción es buena para esta prenda, ya que admite todo tipo de estampados. 

Funciona perfectamente con el bikini, ya sea para ir a la playa, a la piscina, o para tomar algo en una terraza a última hora de la tarde. 

Fuera del entorno de playa, el caftán admite la versión larga, a modo de vestido, o  la versión mini, que puede combinarse con pantalón fino e incluso con unos vaqueros ajustados. 

Si queremos salir por la noche, podemos optar por caftanes más sofisticados: con encajes, paillettes y bordados, ajustados en la cintura con un bonito cinturón  nos dará el toque elegante que necesitamos. 

Pero si queréis saber más podéis echarle un vistazo al post El caftán, comodidad y versatilidad para las jornadas veraniegas donde conoceréis los origenes de esta prenda y cómo utilizarlo, tanto de día como de noche.


Gafas de sol

 
Existen muchos modelos, tamaños y diseños para todo tipo de rostros, por lo que puedes elegir las que más te favorezcan, lo que sí debería de ser requisito primordial, es la protección. 

Para saber más sobre este complemento, os invito a la lectura de los siguientes post, dónde encontréis información más detallada sobre cómo elegir las gafas que más nos convengan:

Capazos


Desde el clásico de cestería en color natural, a los más sofisticados con aplicaciones en flecos y plumas o con diferentes abalorios, el capazo se convierte en uno de los complementos de playa estrella de la temporada veraniega.


Existe una gran variedad de modelos y diseños: capazos naturales, capazos pintados, capazos bordados con motivos florales, capazos con flecos y plumas de estilo hippie, capazos con abalorios de estilo étnico.

Podemos encontrarlos de muy diferentes materiales: de palma, de esparto, de paja, de palmito con cintas de colores, etc., y con asas de diferentes longitudes, siendo las más cómodas bajo mi punto de vista, las asas de cuero, para poder colgarlo al hombro cómodamente. 

En definitiva, estos complementos de playa conjugan frescura, glamour y sofisticación! 

miércoles, 1 de julio de 2015

El caftán, comodidad y versatilidad para las jornadas veraniegas

El caftán (también denominado haftān en persa, qaftān en árabe y kaftan en turco), es una especie de túnica larga y tradicional que llegó a Marruecos siglos atrás. Se conoce que es de origen persa (se cree que su origen pudo estar en Mesopotamia hace más de 4000 años), y que fue introducido por los conquistadores árabes en el norte de África.

Asimismo, existen hasta el día de hoy caftanes datados del siglo XVIII expuestos en varios museos. Yves Saint Laurent, en busca de sus orígenes argelinos, conoció esta túnica. Como ya tenía camino andando en la creación de prendas, la retomó para darle un nuevo aire de sofisticación y presentarla en sus pasarelas, convirtiéndose en el primer modisto occidental que propondrá entre sus colecciones 160 trajes marroquíes adornados, con su firma.

 

Origen y evolución


El caftán es una pieza emblemática de la indumentaria femenina marroquí, que guarda una historia milenaria tan compleja como el trabajo de sus telas.

Este atuendo de gala era exclusivo de los varones pertenecientes a la nobleza. Desde Bagdad hasta Córdoba, desde Damasco hasta Estambul, el caftán ha recibido múltiples influencias a lo largo de los siglos hasta convertirse en la prenda emblemática del Reino de Marruecos en los siglos XI y XII. Pero hubo que esperar hasta el siglo XVII para que formara parte de la vestimenta femenina para nunca más apartarse de ella.

En el siglo XIX, época de gran expansión económica para Marruecos, el caftán se ve por primera vez junto al brocado lionés o las sedas importadas de China. Desde entonces, se ha vuelto una fuente inagotable de expresión artística.

Cabe señalar que el caftán marroquí, ha inspirado a muchos diseñadores del mundo occidental, tales como Yves Saint Laurent, Jean Paul Gaultier, Christian Lacroix, entre otros.

Los caftanes eran diseñados para las familias adineradas o para los sultanes, elaborados en seda y bordados muy caros como seña de riqueza. A mayor riqueza se usaban telas más costosas como los tafetanes y los tejidos bizantinos (telas muy ricas), y  en personas de pocos recursos se hacían de tejidos más sencillos como la lana, el lino o el algodón.




En su diseño más tradicional, el caftán cubría los brazos en su totalidad y las piernas hasta la mitad o por completo, no tenía cuello y poseía una abertura por delante que se cerraba por medio de una larga serie de botones. Actualmente, los diseñadores han ido modificando el caftán original adaptándolo a las peculiaridades de la sociedad del siglo XXI. Confeccionado con telas suaves, vaporosas, transparentes, estampadas, con pedrería o con bordados, el caftán es una de esas vestimentas que, aunque sufra modificaciones en su diseño, conserva su esencia ancestral. 

El caftán es por tanto, a día de hoy, una mezcla de civilizaciones a través del tiempo.


Caftán para el día


Para la playa, lo mejor es tratar de conseguir un caftán de un tejido natural como el algodón, que nos ayudarán a estar más frescos y a llevar mejor las altas temperaturas. 

Para lucir un caftán de estilo boho podemos acompañar nuestro caftán con un sombrero de ala ancha, unas sandalias de cuero planas y un bolso de rafia o un capazo.



Si queremos lucir el caftán en entornos diferentes al playero, tenemos varias opciones. Por un lado, lo podemos utilizar el caftán a modo de vestido, corto o largo, en función de nuestro gusto, y darle un toque chic seleccionando los complementos adecuados: unas sandalias con algún elemento plateado o dorado, un clutch o un bolso pequeño con cadenita, algo de joyería o bisutería... cualquier accesorio que le aporte un toque más sofisticado. 



Otra opción sería combinar el caftán estampado con unos pantalones pitillo. Una buena manera de lucirlo sería con un pantalón blanco para que así la parte superior adquiera protagonismo; y si el caftán es más discreto y no tiene ningún tipo de dibujo, podemos combinarlo con pantalón que vaya a juego con alguno de los tonos de la parte superior. Para completar nuestro outfit podemos añadirle unas sandalias, planas o con algo de tacón, un bolso tipo sobre y algo de bisutería (unos pendientes, un collar, unas pulseras).




 
Caftán para la noche

El caftán no solo está pensado para estilismos informales sino que también podemos recurrir a él para asistir a eventos un poco más formales. Todo dependerá del diseño elegido, siendo algunos de ellos impresionantes para la noche.

Para lucir un caftán en un evento de noche, debemos de buscar un modelo en una tela de lujo como la seda y elegir un diseño más largo y ajustado, o añadir un poco de encanto seductor eligiendo uno compuesto de capas o de tela transparente. 

En este caso, acompañaremos el caftán con unas bonitas sandalias con algo de tacón, y con algún complemento de joyería vistoso (unos pendientes de colgar, una pulsera o una gargantilla). Una vez más un gran cinturón de oro o plata se sumará a la sensación de lujo del conjunto, resaltando sobre todo una cintura estrecha. 






Además de su comodidad y gran versatilidad, otra gran ventaja del caftán es que se adapta a todo tipo de mujeres, es decir, a cualquier talla y figura, dependiendo del estilo que cada una elija, sirviendo para realzar nuestros puntos fuertes o para disimular aquellos defectillos que no queramos mostrar. Os pongo un par de ejemplos: Los caftanes de manga larga con cuello en V bajo son increíblemente favorecedores para las mujeres con un busto más grande. Para las que quieran marcar figura, pueden optar por ajustar su caftán con un cinturón ancho de cuero para que su cintura se vea pequeña.

Así que ya sabéis, no dudéis en sacarle partido a este prenda este verano!