lunes, 29 de febrero de 2016

Consejos para el mantenimiento de las prendas de lana

La lana es un tejido natural y necesita ciertos cuidados, por ello, hoy veremos una serie de consejos para el correcto mantenimiento de este tejido básico en las prendas del fondo de armario de invierno.

La lana se utiliza en la industria textil para confeccionar productos tales como chaquetas, jerseys, guantes, calcetines, mantas, etc.


 

Origen animal


La lana es una fibra natural que se obtiene de los caprinae (cabra y, principalmente, ovejas), y de otros animales como llamas, alpacas, guanacos, vicuñas o conejos, mediante un proceso denominado esquila.

Los productos de lana son utilizados en su mayoría en zonas frías porque con su uso se mantiene el calor corporal; esto es debido a la naturaleza de la fibra del material.

Los orígenes de la utilización de la lana provienen del Neolítico.


Limpieza de la lana recién esquilada


La lana recién esquilada suele presentarse muy sucia por lo que, antes de proseguir con su elaboración, es preciso limpiarla convenientemente. A fin de ahorrar el costo del flete de las impurezas, se les suele someter a un lavado previo. En los lavaderos industriales, antes del lavado, la lana se afofa suficientemente, pues, a consecuencia del embalado y del transporte, se presenta todavía en apretados fajos y es muy importante para el buen éxito de la operación que los pelos de la lana dejen paso a los agentes del lavado. Al mismo tiempo hay que eliminar también previamente el polvo, arena y demás impurezas. Es muy importante que el agua empleada no sea dura ni contenga sales de hierro.

La producción mundial de lana lavada es de alrededor de 2 millones de toneladas, siendo los principales productores Australia, Argentina, Chile, China, Reino Unido, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Uruguay.



 

Tipos de lanas


En Europa casi la totalidad de la lana se extrae de las ovejas, pero también puede ser fabricada a partir del pelo de las cabras, de los conejos, de las llamas (la alpaca) y de los camellos. 




La lana de oveja es el tipo más popular de lana debido a su amplia disponibilidad y flexibilidad. Dependiendo de la calidad de las fibras, con la lana de oveja se pueden hacer trajes, vestidos, jerseys, abrigos, mantas y productos de tapicería, entre otros usos. Las fibras mantienen su forma cuando se estiran, se tiñen rápidamente, resistente a las arrugas y es libre de estática. Naturalmente, es blanca, marrón, gris, negro y carbón. Las variedades de la lana de oveja son las Shetland, merino, lana de cordero y lana melton.

Mohair y cachemir son productos a partir del pelo de las cabras. La lana de mohair proviene de la cabra de Angora y es reconocida por su brillo sedoso. Aunque a veces se tiñe, el mohair natural tiene variaciones de color que son preferidos por algunos colorantes artificiales. La lana de mohair es ligera, no se estira y es muy duradera.

La lana de cachemira se hace de la lana que crece bajo el pelo de la cabra de cachemira, nativo de la India, el Tíbet, Turkestan, Irán, Irak y China. Es suave y lujosa al tacto, la cachemira es conocida por sus características de peso ligero y suave, pero no es tan duradera como otros tipos de lana.

La lana de alpaca se presenta en dos variedades de dos razas de llamas. La raza Huacaya produce una capa de rápido crecimiento de lana densa, prensada, mientras que la raza Suri produce un abrigo largo, sedoso, que tarda más en crecer. La lana de alpaca es suave, ligera y duradera. Generalmente se usa en trajes de lujo, ropa deportiva, vestidos, tapicería y ropa de bebé.

La lana de angora es producida a partir de la piel del conejo de Angora. Es de dos a tres veces más cálida que la lana de oveja, tiene mayor retención de calor que cualquier otra variedad de lana. Además, la lana de Angora es muy suave y las fibras son huecas, por lo que es ligera. Debido a su naturaleza frágil, las fibras puras de Angora rara vez son entretejidos en la tela, sino que se combinan con otro tipo de lana para aumentar la suavidad de la prenda y la retención de calor. La lana de Angora es costosa porque hay pocos productores y el proceso de recolección es muy costoso. A menudo se encuentra en la ropa interior de lujo, jerseys, bufandas y ropa deportiva.

El pelo de camello viene del camello bactriano y es suave, duradero, ligero y cálido. Debido al costoso proceso de cosecha, a menudo se mezcla con lana de oveja para que sea más barata. Muchos prefieren la tela en su estado natural tono marrón mantequilla, pero a menudo también es teñida de azul marino, rojo o marrón oscuro.

La clasificación de la lana también se hace teniendo en cuenta una serie de características, de las cuales las más importantes son: finura, longitud, regularidad en el grado de ensortijado y uniformidad, resistencia y alargamiento, elasticidad, flexibilidad, color, brillo y rendimiento.


Lavado


Las prendas de fibras naturales como el cachemir, la angora o el mohair no deben lavarse con cada uso pero al mismo tiempo son tejidos que tienden a acumular suciedad porque poseen una enorme cantidad de absorción. Una buena manera de evitar que se estropeen es no llevarlos nunca sobre la piel y acostumbrarnos a usarlos con una camiseta fina debajo. La camiseta va a actuar de barrera entre el cuerpo y la lana y evitará que esta absorba los restos de sudor, aceites, desodorante o perfume de nuestra epidermis.

En caso de quitar manchas en la ropa de lana, lo ideal es hacerlo apenas se produzcan, para evitar que se asienten en la tela. Las reglas básicas para que este lavado no estropee nuestro jersey favorito son sencillas: mejor lavar a mano, limitar a unos pocos minutos la exposición al agua que no será muy fría ni muy caliente y usar jabones neutros para no alterar la estructura del tejido de manera irreversible.




Pueden ser lavadas en la lavadora, en el programa especial para lanas donde no utiliza el centrifugado. El agua debe ser apenas tibia (las altas temperatura la apelmazan), con un producto especial para lanas y sin suavizante.

En caso de manchas difíciles, probablemente sea mejor llevarlas a la lavandería, ya que con alguno de sus métodos puedan ayudar a superar el incidente sin dañar la prenda.

► Secado


El secado es tan importante como el lavado y también cuenta con unas normas básicas que alargarán la vida de nuestros jerséis: No deben retorcerse ni escurrirse para que no se deformen y se recomienda un secado horizontal por el mismo motivo. Es decir, hay que secar los jerseys de lana extendidos sobre una superficie que no empape la humedad -para que la prenda mantenga su elasticidad original- evitando la exposición al sol, las pinzas y las perchas y empleando la paciencia como si fuera un elemento más del proceso de lavado. 

Nunca tender la ropa de lana, se estirará y deformará.  




Planchado 


A la hora de planchar, es recomendable humedecer un poco la prenda para no quemar las fibras de la lana y ponerla del revés, evitando así que surjan brillos que luego serán imposibles de quitar. También se recomienda utilizar un paño limpio, nunca directamente sobre las fibras, ya que aun a baja temperatura tiende a pegarse a la plancha.

El planchado ha de ser siempre con una gran aportación de vapor, a una temperatura baja, y ayudándonos con las manos. 




Guardar y colocar 


Las prendas de lana, como los abrigos, deben colocarse en perchas acolchadas. Los jerséis y las chaquetas de lana no han de colgarse en una percha… nunca. La manera correcta de guardarlos será doblados y evitando el peso excesivo encima para que las fibras puedan respirar.




Efecto 'pilling'


Hay otro enemigo clásico de las prendas de lana, son las dichosas bolas que afean y avejentan nuestros jerséis. Se conoce como “efecto piling” y se debe a las características de la propia fibra natural de origen animal en combinación con el rozamiento. Las fibras de lana pura, que son largas y finas, tienen menos tendencia a la formación del “pilling”.

Por el contrario, aquellas prendas cuya composición es de lana y fibras sintéticas como acrílico, poliamida o poliéster tienen más riesgo de formación de bolas y además su eliminación es más difícil ya que la propia fibra sintética produce la resistencia para que la bola no se caiga. 

Para eliminar estas molestas bolitas, podemos recurrir a varios remedios caseros como los siguientes:

  • Pasar una piedra pómez da buenos resultados ya que, si se hace con cuidado y en el sentido de la fibra, la rugosidad de la piedra arrastra y corta las bolitas que se producen con el uso habitual de la prenda.
  • Pasar suavemente una fibra esponja verde – de las que utilizamos en la cocina para lavar los platos, asegurándonos de que esté bien seca – sobre las partes donde están las tan molestas bolitas en el jersey. Después de frotar suavemente durante unos minutos, verás que la fibra esponja arrancará las bolitas sin dañar la prenda.
  • Extender la prenda sobre una superficie plana – sobre la mesa es ideal – y con un trozo de cinta adhesiva ir quitando las pelusas, pegando y despegando la cinta suavemente. Verás que el pegamento de la cinta es lo suficientemente fuerte para quitar las pelusas, pero lo necesariamente suave como para no arruinar en absoluto la prenda.
  • Utilizar una cuchilla de afeitar. Lo único que tenemos que hacer es estirar la prenda sobre una superfície plana y luego pasar la cuchilla con mucho cuidado de no hacer un corte.

Aunque también existen cepillos y máquinas “quita bolas” que resultan muy eficaces.


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